Espacio vibracion
 
 
 
 

La vía

El tantra Shivaíta de Cachemira es una tradición ancestral que ha sido transmitida ininterrumpidamente de maestro a discípulo desde hace aproximadamente 5,000 años. El linaje Kaula, que fue transmitido a mi maestro Daniel Odier por la yoguini Lalita Devi en los Himalayas, es el camino real de las yoguinis, una vía femenina directa con la potencia de revelar en el practicante la unión cósmica con el todo disolviendo la dualidad y la percepción de límites. En unión con los linajes Pratyabhijña y Spanda, el reconocimiento espontáneo del ser y la vía de la vibración, respectivamente, las prácticas de esta tradición ofrecen al practicante la posibilidad de reconocer la esencia divina en sí mismo, en donde no hay nada que añadir ni quitar, ya que estamos completos desde el principio.

En esta vía hay cuatro prácticas de las cuales sólo una, el tandava o danza extática de Shiva, es una práctica física en movimiento. La base del tandava es la lentitud y suavidad de los movimientos de forma que el cerebro detenga su actividad y la mente y el cuerpo se unifiquen en la experiencia del espacio y la vibración. Las visualizaciones de Matsyendranath, una serie de prácticas elaboradas por el fundador del linaje Kaula en el siglo VIII, la práctica de las emociones, que integra todas las emociones en el espectro de la práctica, y el masaje cachemiro que se podría decir que es hacer tandava en el cuerpo de otra persona de forma que quien recibe entre profundo en su propia respiración.

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